Una pregunta fácil de formular, complicada de responder.
Vivimos en un México de muchos contrastes, tenemos muchas tradiciones, usos y costumbres llenos de riqueza, ya que han sido conformadas por muchas mezclas a lo largo de nuestra conformación como país. Dentro de toda esta diversidad el reconocernos como seres individuales es toda una tarea. Escribir sobre esto puede generar opiniones e incluso un fuerte debate sobre mis palabras. No lo pretendo, es claro que nos han enseñado que somos seres sociales, que pertenecemos a una estructura que tiene como base “la familia”, nos inculcan el sentido de “pertenencia”, esto es algo que nos acarrea en la vida adulta muchas creencias limitantes.
Partamos desde la premisa de que antes de ser sociales, somos seres individuales, mantener nuestra individualidad a pesar de las opiniones de los demás es un hecho que podemos obviar, y que no necesariamente manejamos así. Muchas de las veces por ser “aceptados” en la familia, con los amigos e inclusive al desempeñarnos como parte de un equipo de trabajo cedemos parte de lo que somos, de lo que pensamos y sentimos.
Nos perdemos en el “que dirán”, le damos mucho peso a esto en nuestras vida, dejamos que esto nos influencie aceptando muchas veces lo conveniente para el grupo al que pertenecemos. Y si alguna vez levantamos una opinión en contra las represalias en nuestra contra pueden ser precios altos por pagar.
El encontrarnos de frente ante nosotros mismos es todo un reto, hay mucha bibliografía al respecto, cursos, talleres, especialistas, y un sin fin de alternativas. El Coaching es una de ellas.
Pararnos frente al espejo y reconocer nuestra individualidad, que nadie puede pensar por mi, sentir por mi, hacer por mi. En este momento la frase: “Lo que no hagas por ti nadie va a venir a hacerlo” cobra un increíble sentido.
Cuando nos encontramos dentro de una situación por resolver derivada al hecho de sostener nuestra individualidad, nos lleva a una pregunta de fácil formulación: ¿que es lo que quiero?. La respuesta no siempre es clara, aunque debería ser igual de fácil responder.
Saber que es lo que quiero en mi vida, que quiero ser, que quiero tener, que quiero hacer, no siempre lo tenemos claro e identificar las respuestas nos puede llevar a lo que denomino: “una crisis de identidad”.
Hace dos años vivi personalmente una “crisis de identidad”, después de 15 años de dedicarme a la atención y servicio al cliente, un día termino mi relación laboral y me vi sin empleo, tenía muy claro que ya no quería emplearme en lo mismo, aunque me gustaba no era lo que realmente me apasionaba, comencé la búsqueda de un nuevo empleo.
Fue toda una aventura que duro seis meses, ya que al formularme la pregunta: ¿que es lo que quiero?, la respuesta siempre era basada en lo que no quería, sin contestar a mi pregunta.
La búsqueda de la respuesta me llevo a apoyarme en un Coach, que me acompaño durante todo este tiempo. Con base en preguntas poderosas me ayudo a encontrar respuestas, indagamos dentro de mi, identificamos fortalezas, áreas de oportunidad, me ayudo a tener una conversación clara conmigo mismo; identifique que no solo en el área profesional había “crisis”, equilibre mis emociones y logre identificarme como un “ser individual” encontrando así mis pasiones.
Esta experiencia me llevo a conocerme, a ser congruente. Identifique que mi misión en la vida es ayudar a otros “seres individuales” a encontrarse. Lo que me llevo a una formación como Coach Humanista de esencia no directiva, a formarme como un facilitador de aprendizaje y desempeñar mi actividad desde mi pasión.
Si acaso te encuentras en una situación similar no dejes de buscar respuestas, pide ayuda, muchas veces una de nuestras “creencias limitantes” es que nuestro orgullo no nos permite pedir ayuda por temor “al que dirán”, rompe con ello y elige libremente con responsabilidad ayudarte. La herramienta que te funcione úsala.
“Nuestro miedo más profundo es a ser poderosos.
Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.
Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta”.
Nelson Mandela.
Esteban Macotela
Coach Humanista No Directivo
estemaco@gmail.com