¿Persigues tus sueños?
Todos los años el 31 de diciembre antes del inicio del siguiente año en México tenemos la tradición de comer 12 uvas que simbolizan un deseo por mes, y cuando están sonando las 12 campanadas que señalan el inicio de año debemos comer las uvas y plantearnos todo lo que deseamos para nosotros en un racimo de uvas, lo que conocemos como: “los propósitos del año nuevo”, de todo lo que te propones con toda la ilusión y entusiasmo que la festividad provee solo vas a comenzar el 20% de lo que planteaste ese día ante el inicio de año y si nos va bien solo llegaras a realizar 1 de los doce propósitos planteados lo que nos lleva a que cumplimos en un 8% aproximadamente. Repitiendo esto año con año hasta que simplemente lo hacemos por mera tradición.
Hemos aprendido en nuestro camino por la vida que no siempre se tiene lo que se quiere, hay que trabajar pues no queda de otra, el adulto ya no sueña debe vivir en la realidad, hay que madurar y sentar cabeza, aquí nos tocó vivir… ¿alguna de estas frases te es familiar? Seguro estoy que por lo menos has escuchado al amigo de un amigo decir alguna, es parte de nosotros y lo traemos tatuado en nuestro ADN, no hay de qué preocuparse, simplemente nos quedamos situados en el mismo lugar, aunque por otro lado los que se atreven a romper el paradigma comienzan a perseguir sus sueños… eso es fabuloso, aunque solo es el primer paso para la realización de los mismos. Perseguirlos está bien… pero ¿los alcanzas algún día?
He escuchado decir “soñar no cuesta nada”, lo que a mi parecer es una invitación a hacerlo, total no se pierde nada, es entonces cuando nos atrevemos a soñar, comenzar a perseguir nuestros sueños, luchamos, trabajamos arduamente; no hay resultados, abrimos y comenzamos caminos, que al final solo fue caminar en círculos porque no llegamos a ningún lado y seguimos situados en el mismo lugar.
Hace poco leí una historia sobre una pareja que tenían el sueño de que al jubilarse el esposo se dedicarían a viajar por el mundo, durante toda su vida se prepararon para tener todo listo para el retiro: los hijos graduados y autosuficientes, ella comparaba telas para hacerse vestidos que luciría en sus viajes, él se encargó de ir juntando monedas de los países que visitarían. Un día estando cerca de la jubilación ocurre un suceso inesperado y ambos pierden la vida; sus hijos al revisar sus cosas se dan cuenta del sueño de sus padres encontrándose con las telas para los vestidos y los ahorros en monedas de diversas divisas. Persiguieron su sueño toda una vida y no lo alcanzaron.
Perseguir tus sueños es una actividad loable y digna de ser reconocida, hablar sobre lo que quieres y maquilar todo tipo de planes es buenísimo; muchas veces se quedan en eso, en planes. Cuantas veces estás persiguiendo sueños, te esfuerzas al máximo, trabajas muy duro y cuando estás a nada de alcanzarlos… algo pasa que acaba con todo lo que llevabas avanzado, el golpe es duro y terminas hundido en el peor de los pantanos… al menos lo intenté (te dices), obteniendo la justificación perfecta. “Así es la vida”, “no siempre se gana”. Y el sueño fue perseguido sin ser alcanzado.
Otro caso de perseguidor es el que hace muchos planes tiene muchos sueños, comienza uno lo avanza, comienza otro… lo avanza… regresa al primero, avanza un poco más… comienza un tercer plan y así genera un sin fin de planes y acciones que llevan a nada …a procastinar… vive persiguiendo sueños sin alcanzarlos.
Esta situación de reconocer que soy un perseguidor de sueños es un gran paso, ahora solo requieres establecer la ruta para alcanzarlos, el Coaching es una herramienta formidable para hacer que las cosas sucedan, al parecer lo que hoy planteo es una situación complicada que requiere una solución igualmente compleja, y no es así, es más sencillo de lo que te imaginas, si ya planteaste que es lo que quieres, ahora solamente falta encontrar el cuándo y como. Te sorprenderás al darte cuenta de que tienes todo lo que necesitas para perseguir tus sueños y alcanzarlos.
¿Te hace sentido? Es parte de lo que puede hacer un Coach por ti, acompañarte en todo este camino y desarrollar las estrategias para que le pongas “manos a la obra” y dejes de caminar en círculos, traces la ruta y alcances lo que tanto anhelas.
Alcanza tus sueños. Ponle fecha de caducidad a tus planes y ponlos en acción.
Esteban Macotela
Coach Humanista No Directivo
estemaco@gmail.com